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ENSEÑAR EL AMOR A LOS NIÑOS - El lenguaje que usamos con los niños es vital. Las palabras denotan aceptación o rechazo, amor o desprecio. Las palabras son el vehÃculo del buen trato, o mal trato. De modo que, inicialmente, en el hogar, está la fuente o cimiento para comenzar a tratar bien a los hijos, aceptando que son niños, y todo lo que ello implica.
- El amor es protección. La protección se refiere a los derechos que los niños tienen por estar adscritos a un mundo (¡Donde realmente no pidieron venir!). Dicha protección se refiere a su seguridad y la provisión de sus necesidades básicas: nutrición, vestido, vivienda, salud, recreación, entre otros.
- La escuela/colegio/jardÃn debiesen ser agentes de amor, antes que agentes de conocimientos sofisticados; las competencias básicas y el desarrollo de habilidades intelectuales se darán y tendrán su curso y mejoramiento, pero la calidad humana que el amor otorga a una persona, no están en el conocimiento netamente académico.
- Debe darse a los niños clases de amor y sus ámbitos de influencia e interrelación: amor a los padres; amor a la familia; amor a los amigos; amor a Dios; amor a los enemigos; amor a las personas diversas…es decir, todas aquellas esferas que involucran personas que interactúan de una u otra forma.
- Enseñar al niño el valor del perdón como una manifestación de amor, y como el mecanismo que lo reactiva cuando se presentan crisis de distinto tipo o se tienen dificultades con otras personas.
- Enseñar a los niños que el amor es de carácter integral, es decir, el amor condensa, integra y resume todos los demás valores. Por ejemplo: no es posible ser tolerante (auténticamente) sin amor; no es posible respetar (auténticamente) sin amor, etc.
BENEFICIOS DEL AMOR PARA EL NIÑO - Afectividad sana en el niño, que sabe que sus padres le aman, sus docentes le valoran, sus amigos se agradan de su compañÃa, se siente importante de ser él mismo.
- Niños que tienen compasión y misericordia de sus compañeros, porque saben que todos tienen necesidades y gustos similares.
- Niños que practican los demás valores que involucran a sus semejantes (empatÃa). - Sentimiento de felicidad constante en el niño que se sabe amado, apreciado y valorado. - Sentimiento de seguridad y protección en el niño que cuenta con la satisfacción mÃnima o adecuada de sus distintas necesidades
Cuento. “LAS ARRUGASâ€
Era un dÃa soleado de otoño la primera vez que Bárbara se fijó en que el abuelo tenÃa muchÃsimas arrugas, no sólo en la cara, sino por todas partes.
- Abuelo, deberÃas darte la crema de mamá para las arrugas.
El abuelo sonrió, y un montón de arrugas aparecieron en su cara. - ¿Lo ves? Tienes demasiadas arrugas - Ya lo sé Bárbara. Es que soy un poco viejo... Pero no quiero perder ni una sola de mis arrugas. Debajo de cada una guardo el recuerdo de algo que aprendÃ.
A Bárbara se le abrieron los ojos como si hubiera descubierto un tesoro, y asà los mantuvo mientras el abuelo le enseñaba la arruga en la que guardaba el dÃa que aprendió que era mejor perdonar que guardar rencor, o aquella otra que decÃa que escuchar era mejor que hablar, esa otra enorme que mostraba que es más importante dar que recibir o una muy escondida que decÃa que no habÃa nada mejor que pasar el tiempo con los niños...
Desde aquel dÃa, a Bárbara su abuelo le parecÃa cada dÃa más guapo, y con cada arruga que aparecÃa en su rostro, la niña acudÃa corriendo para ver qué nueva lección habÃa aprendido. Hasta que en una de aquellas charlas, fue su abuelo quien descubrió una pequeña arruga en el cuello de la niña: ¿Y tú? ¿Qué lección guardas ahÃ?
Bárbara se quedó pensando un momento. Luego sonrió y dijo - Que no importa lo viejito que llegues a ser abuelo, porque.... ¡te quiero!
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